La novela actual en Venezuela se centra en la ciudad y sus efectos
alienantes. También en los últimos años es común leer novelas de propaganda.
Además hay un creciente interés por novelas de corte policial, fantástica e
histórica. Pero, ¿podrá alguna de estas novelas resistir el paso del tiempo y
las tendencias impuestas por la moda? Probablemente no. Es evidente que la
narrativa venezolana está en crisis.
Estas obras sólo tienen como fin el entretenimiento, y lograr fácilmente
reconocimiento público con obras agradables, empobreciendo los gustos de sus
lectores.
Miguel Delibes, dijo que “la novela es un intento de exploración en el
corazón humano a partir de una idea que es casi siempre la misma contada con
diferente entorno”, de ahí que, el escritor de antes era visto como un
individuo libre, por lo tanto, era visto por el poder como un peligroso
elemento desestabilizador, el escritor actual ha perdido su independencia, y se
ha vuelto indolente, perdiendo todo espíritu de crítica.
Es demasiado pronto para saber cuáles serán las consecuencias de este tipo
de literatura sobre el futuro de la novela en nuestro país.
Después de varias reescrituras el escritor Gusmar Sosa nos presenta la
novela “Rubia”, que creo que está lejos de la frivolidad de la novela venezolana
actual.
En ella su protagonista “llega a lo más profundo del valle: El Consejo de
Ciruma, y allí se perfuma con el aroma del aceite de cabimo.” A partir de esta
llegada, el narrador omnisciente nos relata la historia de la fundación del
pequeño caserío “El Consejo de Ciruma”, simultáneamente, nos sumerge en la
lucha interna de Rubia. Sosa tiene una gran habilidad para describir los
paisajes y los sentimientos de sus personajes.
A las pocas páginas uno prefigura lo que ha traído a Rubia hasta el valle, sin
embargo, a pesar de esto, la historia no pierde la continuidad y el sentido de
la expectativa se mantiene, contribuye a esto la agilidad de la historia, que
no permite que el lector deje el relato de ritmo sostenido.
El dialogo interno de Rubia es una de los aspectos más llamativos de la
novela, además de ser sutil y complejo y mimetizarse con su entorno.
Son muchos los personajes y las historias de esta novela, pero todos tienen
el sello de un autor que busca recrear e inventar su propio imaginario y mitos,
por eso es una novela íntima y fascinante, de un autor fascinante.
Finalmente, Rubia es un drama familiar muy típico de nuestro tiempo, y sin
embargo, mantiene estos aspectos actuales de la realidad como estímulo
permanente para la ficción literaria.